Nihilismo en Guanajuato
Martes fin de semana: NIHILISMO EN GUANAJUATO
(Título en honor al Pistián)21 FEBRERO
2023, Por Víctor Ruiz
El reto era
demostrar que después de los treinta años se sigue teniendo la misma capacidad
para echar el punk rock en un martes cualquiera. De los diez que abordamos la
camioneta QUE SALDRÍA DE MORELIA, solamente uno tenía permiso para ausentarse
del trabajo al día siguiente. El resto, nos pusimos la camiseta de rocanrol.
La idea de
ver a Nihilismo en Guanajuato a todos nos convenció en cuanto mis amigos Germán
y Toño lo propusieron. En cosa de dos días la organización y el respectivo pago
estaba concretado, no hubo necesidad de corretear a nadie.
Quién sabe
si fue la nostalgia adolescente, pero había una emoción muy propia y difícil de
explicar, pero que se resume en seguir teniendo la oportunidad de viajar con
tus amigos para meterle ruido a tu alma en un día atípico.
"No esperes
hasta el fin de semana para ser tú", dijo al abrir la noche el vocalista
de Sesgo.
El “Fly Bar”
estaba prácticamente vacío. ese diminuto espacio que, a lo mucho, le caben unas
50 personas, no llegaba ni a la mitad de su capacidad. "¡A huevo, concierto
íntimo!", pensamos algunos con la felicidad adulta de quien detesta las
multitudes.
Cervezas y
risas en la cantina aledaña con los “Yo Sí Le Brinco” de León fue la mejor
previa para calentar motores y recordarnos que nunca nos hemos ido de esta
adicción que se engancha a temprana edad y que muy difícilmente se va: la
música.
En una
esquina del bar, los integrantes de Nihilismo trataban de vender algo de su
merch y saludaban sin problemas a quienes se les acercaban. Se mostraban
serios, de bajo perfil como sus propias letras, pero eran tipos bastante
amables para cualquiera que les ofrecía un gesto.
Es curioso
que con los años vas desmitificando a los que tiempo atrás veías como tus
ídolos. Por supuesto que estaba emocionado por escuchar esos primeros tres
acordes, pero no me nacía siquiera pedirles una foto, aunque, en cambio, me
sobraba mucho respeto por el camino recorrido que tienen como banda.
La mala
distribución de los horarios y el exceso arriba del escenario por parte de
Sesgo provocó que “Yo Sí le Brinco” solo pudiera tocar tres canciones.
En tanto,
Nihilismo tuvo que hacer una presentación más ágil de lo normal, donde casi no
hubo pausas, palabras ni saludos de por medio. Un tema tras otro, al más fiel
estilo de los Ramones.
Pero aquello
fue un derroche de energía. Entrega total de ambos bandos. Romina, la bajista
de Nihilismo, se dio el tiempo de cantar por lo menos una estrofa con cada uno
de los asistentes. No solo eso, a algunos hasta los abrazó como se hace con un
amigo.
Al ver el
rostro de mis amigos, estoy convencido de que aquella escena era mucho más de
lo que se hubieran imaginado.
Dos de la
mañana y el show había terminado. A mi celular comenzaron a llegar mensajes del
resto de la tripulación. Había olvidado por completo la hora y tuve que
llevarme el tradicional whisky "caminero". El semblante de todos era
de cansancio, pero con un grado de satisfacción.
El único que
contaba con permiso laboral era el más borracho de todos y mientras colgado de
su asiento alegaba solo, los demás pensaban en el plan que aplicarían al llegar
a Morelia.
El arribo a
la ciudad fue casi a las cinco de la mañana. Unos contemplaban tratar de dormir
por lo menos una hora en cama, otros eligieron el auto como zona de descanso y
hay quienes, previendo la situación, dejaron su uniforme en la empresa para ya
no tener que hacer un viaje extra. Al salir el sol, todos pagamos la factura.
Ya era
miércoles y realmente la habíamos pasado bien. Fue una de esas noches redondas
donde no hubo un solo reproche. No me atrevo a afirmar si cumplimos a cabalidad
con el reto inicial. Quizá perdimos, pero por lo menos no fue por goleada.