Arte Callejero
Etam Cru
Efímero, incomprendido, peligroso y audaz, sería una
forma de describir de manera simple el mundo del Arte urbano/Street Art.
Este fenómeno ha venido a transformar no solo el paisaje de las
ciudades, sino a cuestionar toda la institución del arte, su mercado y lo más
importante a abierto una puerta para que cualquiera, y donde sea se exprese
libremente, sea a través de una imagen en la pared, un sticker, un esténcil,
una firma, o modificando mobiliario del espacio público, no solo para dejar
huella de su existencia sino también para sensibilizar, divertir, criticar o
denunciar un mensaje en concreto.
El arte urbano se podría clasificar por una parte en el
graffiti, que son las pintadas con aerosol y en el post graffiti, que se le ha
definido como la evolución del graffiti, en donde se emplean más técnicas como:
plantillas, carteles, stickers, etc.
En el caso del graffiti que muchas veces es asociado al
vandalismo, y obviamente a nadie le gusta llegar a su casa y encontrarse con la
graciosa firma que “El pecas” dejó en la puerta, haciendo evidente esta necesidad de expresión que el
ser humano ha tenido desde tiempos prehistóricos para dejar huella de su paso
por un lugar. Es en este mismo sentido que varios jóvenes neoyorkinos de
finales de los 60’s, salieron a las calles a escribir sus nombres y apodos con
aerosol en paredes de casas y edificios, en su mayoría de los barrios
marginales de la ciudad. Todo se desarrollaba como una competencia y cada
escritor de graffiti propagó su nombre para que apareciera más veces que el del
resto.
Estos actos en principio aparentemente inofensivos se
convertirían ya en los años 70’s en un movimiento internacional; el graffiti move, ocupando los vagones del
metro como un lienzo perfecto que multiplicaba la visibilidad de su hazaña y
las llevaba de paseo por la ciudad. La competencia inició y de repente fue
necesario crear complejas caligrafías, mezclar colores y estilizar los nombres
de manera que no perdieran visibilidad entre la maraña de firmas que surgieron.
Por su parte
el denominado Post-graffiti surge del encuentro del arte académico con el
graffiti y otras formas de cultura popular. Se
podría asegurar que la inmensa mayoría de los practicantes del post-graffiti
cursan o han cursado estudios universitarios, casi siempre de arte o diseño, y
muchos trabajan en el mundo de la imagen, esto es fácil distinguirlo no solo por los tratamientos en las temáticas
empleadas, también por el manejo de técnicas, elementos de composición y
materiales utilizados. El post-graffiti es casi siempre gráfico y rara vez
textual. Entre los
materiales más usados en el post-graffiti además de las latas de aerosol se
utilizan marcadores permanentes, plantillas, stickers, pinturas acrílicas
aplicadas con pincel, aerógrafo, tizas, carboncillo, collage a base de
fotografías, fotocopias, mosaicos, papel empastado, etc.
Banksy
Swoon
Actualmente
existe una gran cantidad de artistas reconocidos mundialmente en al ámbito del Street
art: Banksy, Shepard Fairey, ROA, Swoon, Blu,
Blek le Rat, entre muchxs más. Por su parte México no se queda atrás, entre
los artistas reconocidos en este ámbito tenemos a Saner, Seher, Totoi, Sego y Obval, solo por mencionar algunos.
El arte urbano sigue siendo una constante en las calles de ciudades alrededor
del mundo, que poco a poco ha sido aceptada por la población que ya no ve estas
manifestaciones como actos de vandalismo, sino como alternativas para la
expresión, la convivencia, la transformación y
recuperación de los espacios públicos.
JR, intervención en favela de Morro de Providencia, Río de Janeiro Br.
El arte urbano ha evolucionado no solo en
forma, sino especialmente en contenido y se ha convertido en el arma efectiva
que muchos han tomado, ante al actual ambiente político.
Los artistas callejeros exponen sus obras en
espacios al alcance de todos, de un modo altruista y anónimo, no solo para cambiar la apariencia del entorno, sino
también para comunicarse con la sociedad y de algún modo servir como una fuente
de cambio, de reflexión y sensibilización, que acerca el arte a la gente, y
rescata el poder revolucionario que este puede tener. Transforman el entorno en un campo de batalla contra la
publicidad imperante que contamina el paisaje y a veces solo hacen falta unos
cuantos elementos para generar una reflexión que saque de la monotonía de la
cotidianeidad a cualquier transeúnte observador, que no necesita el menor
conocimiento sobre arte para disfrutar de los “regalos” que estos artistas nos van
dejando por las calles de la ciudad.
Saner
Herakut
Shepard Fairey
Banksy