EL ROCK NOS SALVÓ A TODOS: “Nos estamos acostumbrando”

1:26 p.m. Ricky Nava 0 Comments



EL ROCK NOS SALVÓ A TODOS: 

“Nos estamos acostumbrando”
por Víctor Ruíz.


Foto por Danno Luna.




¡Pero qué desperdicio de banda! Es lo primero que pienso cada que tengo la oportunidad de ver sobre el escenario a Los Días de Atrás. Impecable ejecución musical, letras maduras, creativas y bien trabajadas; pero sobre todo, Mike, Eli y Periquín son la actitud punkrocker en estado puro.






El primer infortunio de la banda es el haber nacido en una ciudad que insiste en tener oídos sordos. Por más que recorren foros, bares, calles y cuanta trinchera encuentran, siguen siendo una agrupación que no es valorada como lo merecen.

Y es que en esta Morelia de cabeza y patas arriba, son más aplaudidas las bandas de rock que eligen el camino cómodo de los covers, las composiciones que no dicen nada y la indisciplina musical como sello de identidad.

Es pues, paradójicamente, la celebración y aceptación de las NO propuestas, como si el talento fuera algo mal visto y que no tiene cabida en esta urbe.

Pero hay otro aspecto más terrible y fatídico para Los Días de Atrás, lo que en definitiva y tristemente ha impedido que su proyección alcance los niveles que deberían: no tienen palancas. Así, tal cual.

Cuando pensábamos que el rock quedaba exento de los vicios y las malas lógicas con las que funciona este país, resulta que nos equivocamos. Acá también se ocupa conocer al dueño de tal disquera, llevarte bien con ciertas bandas, someterte a cosas que no quieres hacer y hasta tocar lo que no te apetece. Y todo eso, para que simplemente se te dé una oportunidad.

Peor aún, el dinero está por encima de la calidad. En el punk rock nacional ha surgido una oleada de bandas que poco tienen que proponer y que decir; sin embargo, es su posición económica la que los ha llevado a tener discos en tiempo récord, tocar en grandes festivales y compartir escenarios y giras con grupos que los apadrinan por simple amistad.

Todo esto puede ser visto como algo desalentador e injusto, pero no todo está perdido. Los Días de Atrás son un digno ejemplo de aquello que nos enseñaron las viejas bandas del punk rock: las cosas son mejor cuando las “haces tú mismo”.

Sin intermediarios, de a poco han sabido construirse su camino, en el que ya se incluye un disco totalmente auto-gestionado. El esfuerzo de estos años no ha sido en vano y es que cada cuanto, suele aparecer en los shows alguien que no los conoce y que está dispuesto a escucharlos. Esto me lleva a pensar que más vale un oyente genuino, a miles que fueron atraídos por estrategias comerciales y banales que rayan en las modas.

Por lo demás, Los Días de Atrás tendrán que seguir sosteniendo esa dura batalla contra el “compadrazgo” y las influencias que pretenden dictaminar lo que debe ser escuchado y lo que no. Mantenerse en esa línea, es también combatir al mismo tiempo los males que tanto han dañado a este país y que desgraciadamente es a lo que “nos estamos acostumbrando”.


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