La Pluma Blanca: Cyberpunk

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"El futuro nos está alcanzando"

Éramos cerca de 30 personas. Algunos curiosos (como yo), aunque la mayoría estudiantes de posgrado, maestrías, doctores e investigadores. Ya casi daban las ocho de la noche y las luces del exterior se habían perdido. Detrás de mí, un par de señoritas (que más bien parecían niñas de secundaria) platicaban y reían de cualquier cosa, al parecer sin percatarse de que rompían con la atmósfera de expectación y silencio que se había apoderado de aquél lugar, la sede alterna de un evento que, gracias a las rarísimas tomas, no pudo llevarse a cabo en la UMSNH.

El lugar estaba ocupado en su mayoría por nerds interesados en la computación, aunque pensándolo bien aquello era bastante semejante a una tocada del rock en Morelia: melenas largas, vestimentas medio hippies y contados asistentes. Sólo que las bandas, en este caso, habían sido sustituidas por un programa de computadora y un casco futurista, lleno de electrodos conectados a la cabeza de un muchacho pelirrojo que parecía a punto de colapsar de estrés e incertidumbre. 

“Mira, en primer lugar tienes que estar muy tranquilo”, dijo el expositor. “Después, debes pensar en mover tu mano izquierda, sólo pensarlo, no muevas nada. Se supone que únicamente debes generar el pensamiento de que la vas a mover, sin llegar a hacerlo, ¿me explico?”. En su primer intento, el pelirrojo movió su brazo. Todos reímos. Segundo intento, el programa listo y en operación. Lo observamos nerviosos, pensando si toda la explicación previa que se nos había dado en verdad sería posible. Y de repente, lo imposible se materializó ante nuestros ojos: el cubo proyectado en la pantalla se movió hacia la izquierda. 

 Lo que pudimos observar fue algo más que obra de las ciencias ocultas: fue resultado de años de trabajo de investigación desarrollado en las principales universidades, instituciones y centro del país. La temática del seminario: inteligencia artificial. El tema que se exponía hablaba acerca de cómo captar las señales del cuerpo humano para después utilizarlas en cientos de aplicaciones como el programa que estábamos presenciando, el cual recibía las señales del cerebro generadas por el pensamiento, las interpretaba y después las enviaba al programa que movía un cubo hacia donde, literalmente, lo pensaras. 

Isaac Asimov. Fuente: wikipedia.org

 Lo sorprendente de todo fue descubrir qué tan avanzado está un tema tan poco difundido en la sociedad en general. Sin embargo, es de destacar que desde los años 50 la literatura Sci-Fi ha fantaseado con la idea de que un día la tecnología y las máquinas rebasen al hombre y tomen el control de nuestro mundo. Aunque la primer y principal referencia que se tiene de esto son las películas Terminator, el autor Isaac Asimov fue el pionero en abordar dichos temas en sus escritos desde aquélla década, en los cuales publicó títulos como Foundation (que combina elementos de varios temas) o la conocida Yo Robot, novela en que se basó la película homónima del año 2004 y que narra el mundo del año 2035, en el que máquinas y humanos conviven en perfecta armonía y la forma en que dicha calma se ve perturbada por un robot que comienza a “rebelarse” contra los humanos, comenzando así la amenaza de un futuro apocalíptico.

Los escritos de Asimov y otros autores como Frank Herbert dieron como fruto la creación, sin haberlo planeado, de un género literario conocido como cyberpunk, que claramente toma forma de la unión de las palabras cibernética y punk, cuyos escritores concebían historias Sci-Fi acerca de sociedades futuristas con situaciones extremas provocadas por el alto desarrollo de la tecnología y la informática las cuales, a su vez, generaban caos o cambios sociales radicales. 

Usualmente, el cyberpunk ilustra conflictos de carácter ético entre sociedad y creadores de tecnología, muestra sociedades controladas por grandes corporaciones e incorpora la historia de mentes brillantes en la informática, por lo que se considera que incorpora elementos de distintas ciencias de la computación y ciencias sociales. Lo anterior resulta extraordinariamente revelador (y aterrador al mismo tiempo) ya que no se aleja demasiado de la realidad, pues en la actualidad las investigaciones serias de inteligencia y robótica no se encuentran centradas únicamente en la parte técnica, sino que combinan múltiples disciplinas con un objetivo claro: lograr desarrollar súper-máquinas lo más parecidas a nosotros mismos. Y lo están logrando.

Cyberpunk japonés. Fuente: wikipedia.org

¿Qué es lo que nos lleva a explorar los límites de nuestras propias capacidades? ¿Podrá más la inquietud de saber hasta dónde es capaz de llevarnos el conocimiento, o los miedos acerca de las posibles consecuencias trágicas que se puedan suscitar? Quizás nunca lo sabremos, y mientras el debate continúe podremos estar seguros de algo: el afán de crear robots y máquinas que actúen lo más parecido a nosotros responde a la inquietud del ser humano de poder conocerse a sí mismo. 

Ejemplos en la vida real hay muchos, y si les llama la atención pueden buscar proyectos reveladores como La Robot Sophia, con lo cual podrán darse cuenta de qué tan cerca estamos de vivir la realidad que la sociedad de los 50’s apenas podía imaginar. De igual forma, les invito a echar un vistazo en la literatura cyberpunk donde, además de los autores antes mencionados, se encuentran muchísimos cuentos cortos y hasta mangas como Ghost in the Shell, de Masamune Shirow, gracias a los cuales es posible tener una idea de la percepción que se tiene acerca de los últimos avances tecnológicos desde el punto de vista de la cultura popular. 

Cuando comenté a Ricky Nava (nuestro Líder Supremo), las ideas acerca de mi artículo de éste mes, dijo que “el futuro nos estaba alcanzando”. No se equivoca.