Exposición “Mestizajefactos” y música de “Orquestrack”

10:08 a.m. Ricky Nava 0 Comments


 

NOCHE DE CONTRASTES EN EQUILIBRIO.




 

 



Si algo no podemos poner en tela de juicio es de ese pequeño nombre en conjunto que acompaña al ya tradicional espacio denominado cómo Cactux: “Gastrocultural”.


Y bien, es que esta ya considerada atracción turística es segundo hogar de muchos amantes de la gastronomía urbana, las muy bien logradas exquisiteces culinarias así cómo los que se reúnen para conocer, apoyar y difundir toda la escena artística y cultural de Morelia y porqué no, sus alrededores.


El multicultural y folclórico recinto cultural era el indicado para ofrecer lo que sería un contraste de cultura, pintura y música; ramas distintas pero aún así vinculadas por aquello que logra crear en el espectador. 


 



Por un lado, en punto de las ocho de la noche se dio cita a la inauguración de la exposición pictórica que lleva de nombre “Mestizajefactos”, la cual refleja de forma curiosa pero reflexiva el contexto del  mestizaje racial en México. 







La obra gráfica es creación de Desmond Ray Ramírez, un artista de 42 años nacido en Estados Unidos pero que radica en México desde hace más de quince años.
Su obra refleja una constante reflexión sobre temas de pudor, crítica y reflexión a través de diversas técnicas tales cómo la pintura en acrílico, oleo, acuarela, retratos expresionistas, surrealistas y foto realismo.




Todo de acuerdo con la página de Facebook del artista dónde se encuentran varios de sus trabajos, a los cuales invitamos a dar una vista a conciencia y que terminan por confirmar los mensajes a los que el artista está enfocado y que por cierto, no fueron la excepción el día de la inauguración de la galería “Mestizajefactos”.





Terminada la convivencia entre espectadores, artista y obras acompañados de bocadillos gratuitos y las cervezas artesanales que no pueden faltar, el ambiente mostró una tranquilidad típica de las tarde-noches de aquél espacio céntrico.


Sin embargo, la paciente espera se daba también hacia el evento que pronto daría inicio. Para acompañar una tarde de conocimientos sobre el mestizaje, nada mejor cómo un buen concierto de Swing con mucho Groove, a cargo de la banda Orquestrack.
 

 

 


Daban las once de la noche, las mesas al nivel del escenario de la pequeña sala de conciertos daba un lleno total, las personas cheleaban a gusto ante la espera y la banda subía al escenario preparando instrumentos, listos para dar un toque de buena armonía cantica al lugar.




 

La banda Orquestrack, de géneros Jazz, Funk, Rock y Soul, son originarios de Morelia. Sus integrantes: Luis Álvarez tras la guitarra y a cargo de la voz, Rosío Morelos con los teclados, Jonathan Macotela tras el bajo, Emiliano Acosta en la batería, Arturo Luna tocando la trompeta, e Irepan Rojas al mando del trombón; todos ellos, enérgicos desde el principio, mandando saludos a posibles amigos o seguidores que eufóricos (ya sea por el alcohol o la merecida espera) gritaban, saludaban y hacían cumplidos divertidos hacia los principales miembros,  hombres, del conjunto.
 
La música no dejó nada que desear, el contraste entre los géneros que manejan la banda y la combinación de la buena interpretación de los instrumentos armonizaron y prendieron el ambiente e menos de lo esperado. Con sus baladas suaves complementaron perfectamente el estado de tranquilidad que deja en el cuerpo una buena cerveza artesanal o un rico mezcal, así cómo con sus canciones movidas y enteramente rítmicas que sacaron del pequeño banco a uno que otro entusiasta que sacó a bailar o bien, a su pareja, o a su buena amiga, siendo el caso de un par de chavas que no dejaron de bailar y experimentar nuevos pasos desde las primeras canciones de la tocada. 

La noche se pasó, lamentablemente, más rápido que de costumbre, igual debido al tan buen ambiente provocado por la música que uno siente las horas más amenas y disfrutables; así pues, Orquestrack daba sus últimos pilones a petición del apasionado público que no los dejaba ir y que, cómo prueba del buen trabajo musical, varios ya se colocaban pendientes al filo del escenario para hacer suya la música antes que nadie y con ello tener un poco más de ese buen ambiente. Una canción más de gratitud prolongó efímeramente el final del tiquín, dejando a un público, visualmente, satisfecho por tan buena noche y dejando a su servidor, aquél que redacta esta reseña, con una nueva banda por investigar y hacerla parte de su repertorio musical de preferencia.

 

































 

Como siempre, y no siendo la ultima vez, Cactux dejaba bien servido, auditiva, visual y culinariamente a todo aquél interesado de la cultura que lo visite. 



Fotografía y redacción por: Alan Solchaga.

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