Un ratoncito argentino criticando a la raza humana
MARECELO, UN RATONCITO MUY CHÉVERE.
Realización: Redacción de
San Diablo Macabro.
La
sala se encontraba casi totalmente a oscuras, un silencio absoluto reinaba en
la habitación; lo único que se visualizaba con total claridad era el frente del
recinto, iluminado por un par de lámparas bastante sencillas que daban la
ilusión de señalar un escenario que no estaba ahí.
Es sencillo describir la
sala para eventos del mítico Jeudi 27, ubicado en el centro histórico de la
antigua ciudad de cantera; cartones para huevo en el techo y tela cubriendo la
mayor parte de las paredes del lugar, rodeando una considerable cantidad de
asientos acomodados sobre unas tablas de madera que, en conjunto, conforman la atmosfera teatral, urbana y
artística que rodea el lugar, sobre todo está noche.
Ella es Susie Quiu, una actriz de teatro que en un principio, según nos
comentó en entrevista, se dedicó a la locución radiofónica en un programa
infantil, pero debido a que sus personajes siempre terminaban siendo muy ácidos
para los niños, fue censurada por el medio en el que trabajaba y su programa
dejó de salir al aire. Fue entonces que decidió dedicarse al teatro Stand Up;
que nos comentó y recalcó “no es lo mismo
que los programas de televisión”, para
así crear un personaje bastante curioso y complejo: el ratoncito Marcelo.
Marcelo
es un ratón de origen argentino y actor teatral de profesión, que llega a
Morelia en búsqueda de probar suerte, pues le han dicho que la capital
michoacana es una ciudad rica en arte y cultura. Sin embargo se lleva algunas
sorpresas al no encontrar trabajo, él, en el acto “Marcelo un ratoncito muy
chévere” nos cuenta su historia, su punto de vista y cómo ve esta ciudad llena
de contrastes sociales.
A
pesar de la poca asistencia a la presentación, la actriz supo manejar en todo
momento su acto para sacar una gran cantidad de carcajadas a lo largo del mismo
al combinar el humor negro con una cruda crítica social que abarcaba cuestiones
tan cotidianas como los valores y actitudes morelianas que para él son
desconocidas al llegar al país, la credulidad de los usuarios en todo lo que se
publica en las redes sociales, burlarse de los manifestantes cibernéticos que “únicamente retwittean los post que han realizado
otras personas y creen que con eso están haciendo algo para mejorar las cosas”,
hasta tocar temas profundos y trascendentales como el miedo del ser humano a la
muerte, todo esto combinado con el estereotípico acento argentino que le pone
la cereza sobre el pastel al acto de Marcelo.
La
actriz nos compartió que Marcelo es un personaje que busca invitar a la
reflexión a todos los asistentes, “que el
ser humano haga una labor más introspectiva y que entienda que el cambio para
la situación que vive el país, comienza con uno mismo”, afirmó en
entrevista al finalizar su actuación.
Con
una gran sonrisa en el rostro, Susie Quiu recibió los aplausos de los
asistentes con quienes interactuó a lo
largo de su monologo al finalizar el acto con una cerveza en la mano y un
discurso hizo que los presentes aplaudieran aún más fuerte: “yo hago teatro porque quiero transmitir
algo, y el teatro es para eso” retirándose del escenario, agradeciéndole a
todos y cada uno de los presentes por haber asistido en un gran acto de
humildad.
Susie finalizó la entrevista con nosotros agradeciéndole a todos los que han ido a alguna de sus presentaciones, pues todas le han parecido increíbles en todo momento y espera que continúen de esta manera.
Según
el legendario actor y director Laurence Olivier “en una pequeña o gran ciudad,
o inclusive en un pueblo, un gran teatro es el signo visible de cultura.” y los
integrantes de San Diablo Macabro comparten este pensamiento al invitarlos a
asistir a las diferentes obras teatrales que se realizan día a día en la ciudad
de Morelia.
Por
el momento, Marcelo continuará presentándose en Jeudi 27 durante los jueves de
teatro por una breve temporada, para que no se pierdan de la gran propuesta que
Susie Quieu trae para todos ustedes. Los invitamos a asistir y disfrutar de su
gran acto.
Las
luces se encienden, la gente se levanta de sus asientos y el lugar, poco a
poco, comienza a vaciarse, los asientos quedan solitarios esperando la próxima
presentación teatral, reposando en silencio en espera de volver a contener arte
entre sus paredes.
Fotografía y redacción: Juan Luis Pérez.